TANTOS PRETEXTOS NO AYUDAN
Tantos pretextos no ayudan
a que esto nos duela menos,
a que olvide la ternura,
que a tenido nuestro cuento.
Que me digas que en otro tiempo,
las cosas podrán ser distintas
no me sirve a lo que hoy siento,
que lo suavices no me alivia.
Si quieres ponerle fin
a esta historia tan corta,
no te detengas por mí,
que lo que quieras me importa.
Si piensas que te conviene,
buscar tu sola la calma,
anda y ojalá encuentres,
lo que valió más que mi alma.
Quisiera poder escribir,
que si te vas no me importa,
que no me costara vivir,
y que después de tí, vendrá otra.
Pero no he podido hacerlo,
pues tengo la grave manía
de no escribir lo que no siento,
y hoy te siento perdida.
Así que esta poesía,
otra más que es para tí,
ya no es de amor y alegría,
sino del dolor de nuestro fin.
No te guardo ningún rencor,
no tengo ningún motivo,
pero comprende, mi amor,
que es difícil ser tu amigo.
Y no es falta de cariño
lo que me impide estar cerca;
sino por evitar más castigo
al corazón que se enterca.
Sin embargo si en otra ocasión,
a tu pensamiento regresó,
no me hables diciendo amor,
busca mejor un pretexto.
Que si las cosas se dieron,
otra vez darse, quizá podrán,
tu quieres dar tiempo al tiempo,
yo daré olvido a la soledad.
Roberto Maier L.
30/Junio/1999